
En general, los chinos no ven ninguna razón para pelear por la religión y son receptivos a diferentes creencias. Son capaces de combinar diferentes religiones e incluso adoran dos religiones simultáneamente.
Antes de los exámenes importantes, los estudiantes a menudo queman incienso en los templos confucianos, monasterios budistas y delante de los santuarios taoístas. Al igual que en otras partes del mundo, para algunas personas, la religión juega un papel importante y para otros no.